28 agosto 2010

Pisa, belleza lenta

Hay ciudades que no conquistan a primera vista. No sé si es la iluminación de las calles, insuficiente, la sensación de suciedad, presente, la falta de atractivos comercios o unas expectativas no bien mesuradas. Lo cierto es que Pisa no es una ciudad bonita. Alguien se forraría aquí haciendo algo así como "Pisa, posa't guapa".
La gracia, sin embargo, de este tipo de ciudades es que vas descubriendo su belleza, poco a poco. Es más una belleza interior, la sorpresa de lo inesperado, el gusto por lo sencillo...

La gastronomía tampoco es su fuerte. Pero no hay que rendirse.
En Pisa, cada barrio tiene su banderín, y en verano se realiza un concurso entre la vieja y la nueva Pisa. Algo tan original como dos bando, una cuerda, mucha fuerza y poca maña. El que gana mantiene la luz en la noche mientras el que pierde debe apagar las luces de la calle. Casi no se debe apreciar la diferencia :)

En la Spaghetteria alle Bandierine celebran cada barrio con un plato de spaghetti. Son excelentes.
www.ristoranteallebandierine.it

26 agosto 2010

Lucca, apertura Toscana

Llegar a Toscana era un viaje largo hasta que Barcelona - Pisa consigue que te adentres en ella en casi menos de una hora. De viaje hacia el este, la primera ciudad donde merece hacer parada y fonda es Lucca. Una ciudad pequeña, pero ciudad, con lo suficiente para amenizar la entrada en la región y poder disfrutar de sus encantos culturales, arquitectónicos, gastronómicos, etc...
El Restaurante Giglio tiene la fama de ser uno de los mejores en citá. Su carta es corta pero bien selecta, sus precios aceptables y su selección de vinos formidables. La Bruschetta toscana sorprende por su simplicidad entre los antipasti. El vitello tonato no aporta sorpresa pero merece la pena.
Su terraza sobre la plaza es un lugar formidable.

06 agosto 2010

Trabajar (?) en agosto

Sí, es muy duro. El agosto parece que no esté hecho para trabajar. Por eso, a los que no nos ha quedado otro remedio hemos buscado maneras muy sutiles de venganza. Las que más me impresionan son las de la profesión periodística. Aprovechan la distracción general para colar verdaderas notas de humor.

Atención a la noticia en portada del diario económico Invertia:


"No hace falta decir nada más"

05 agosto 2010

Le Cucine Mandarosso – ¿Manda rosso? ¡Manda cojones!

Parece un pez que se muerde la cola, lo de la restauración en Barcelona; ¿no les parece? 
Porque si bien la competencia es brutal y despiadada, y las miserias de la crisis acucian sobre el ciudadano (local o forano, que la crisis es global) aumentando su nivel de exigencia de un buen equilibrio entre calidad y precio; aún hay propuestas que por su total y absoluta falta de profesionalidad, y la deficiencia de su servicio, echan por tierra eso de que la recesión es revulsivo para el replanteamiento de los negocios, y su consecuente mejora. 
Prueba fehaciente de este proceso tan contradictorio, es Le Cucine Mandarosso, un recientemente inaugurado restaurante italiano que, tras una pátina de modernidad juvenil, dinámica y enrollada, y con una propuesta gastronómica a priori interesante, ofrece un servicio digno de budspenceriana hostiaca en to’l jeto.
En Le Cucine Mandarosso se encontrarán sorpresas tan agradables como que, tras haber reservado con antelación,  Ud. y sus sufridos comensales tengan como única alternativa para comer un solo tipo de pasta (ni carne, ni entrantes, ni ensaladas, ni nada de nada más).
Por ejemplo, y ya entrando en lo autobiográfico, se pueden encontrar con que sólo pueden pedir un plato de ñoquis de trigo (eso sí, con diferentes salsas, a elegir), a finales de julio, con un calor de 35ºC en la calle. O eso, o la puta calle. Uds. verán.
¡Pero ojo! No se les ocurra pedir explicaciones. Eso no. Porque si osan, una displicente camarera, con cara de estreñimiento galopante, les va a meter bronca. Sí, como lo oyen: Ellos son tan guays, con su página web en italiano pese a ser un establecimiento de Barcelona, que se permiten servir lo que les da la gana, y tratar al/la respetable como si de ganado agropecuario se tratara.
Afortunadamente, Barcelona goza de una considerable cantidad de restaurantes italianos de calidad, donde -además de un buen equilibrio entre calidad y precio en la comida- el público goza de un servicio que oscila entre lo tolerable y lo superlativo.
Así que ya saben, a veces más vale ampararse en la seguridad de lo bueno conocido que saborear la novedad de lo triste-tirando-a-patético por conocer.
Sara Ramos y Alberto Valle

03 agosto 2010

Bajo el hórreo

En Castelldefels se puede comer bajo un horreo.
Sí esa anciana y práctica construcción propia de tierras de cornisa que aislaba el grano de la humedad. Suspendido en pilares, se trata de pequeños habitáculos de bajo techo donde se almacena la cosecha.
En el Hórreo de Castelldefels no hay grano, pero sí buena teca. Además es un placer saborear platos de mar y montaña bajo el hórreo (probablemente traído de allende) y junto a un vetusto piano.
Passeig Pi Tort 46
936652584