28 agosto 2010

Pisa, belleza lenta

Hay ciudades que no conquistan a primera vista. No sé si es la iluminación de las calles, insuficiente, la sensación de suciedad, presente, la falta de atractivos comercios o unas expectativas no bien mesuradas. Lo cierto es que Pisa no es una ciudad bonita. Alguien se forraría aquí haciendo algo así como "Pisa, posa't guapa".
La gracia, sin embargo, de este tipo de ciudades es que vas descubriendo su belleza, poco a poco. Es más una belleza interior, la sorpresa de lo inesperado, el gusto por lo sencillo...

La gastronomía tampoco es su fuerte. Pero no hay que rendirse.
En Pisa, cada barrio tiene su banderín, y en verano se realiza un concurso entre la vieja y la nueva Pisa. Algo tan original como dos bando, una cuerda, mucha fuerza y poca maña. El que gana mantiene la luz en la noche mientras el que pierde debe apagar las luces de la calle. Casi no se debe apreciar la diferencia :)

En la Spaghetteria alle Bandierine celebran cada barrio con un plato de spaghetti. Son excelentes.
www.ristoranteallebandierine.it

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